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escaras

Escaras: qué es, causas y tratamientos

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¿Qué son las escaras en la piel?

Las escaras, son heridas que se desarrollan en la piel y los tejidos subyacentes debido a la presión constante sobre una zona del cuerpo, especialmente en personas que permanecen inmóviles durante largos períodos. Este tipo de lesión es común en pacientes con movilidad reducida, como aquellos que están postrados en cama o en silla de ruedas.

Cuando una persona permanece mucho tiempo en una misma posición, la presión sobre ciertas áreas del cuerpo restringe el flujo sanguíneo, lo que provoca la muerte celular y el daño en los tejidos. Las zonas más afectadas por las escaras suelen ser aquellas donde los huesos están más cerca de la superficie de la piel, como los talones, las caderas, la espalda y los codos.

El desarrollo de una escara comienza con enrojecimiento de la piel, y si no se trata adecuadamente, puede evolucionar hacia una lesión profunda que afecta no solo la piel, sino también los músculos y huesos. La prevención y tratamiento de escaras son esenciales para evitar complicaciones graves, como infecciones o amputaciones en casos extremos.

En este artículo, exploraremos cómo se desarrollan las escaras, sus fases, los factores de riesgo y las estrategias para prevenir y tratar estas heridas, además de la importancia de contar con el apoyo de especialistas en heridas para un manejo adecuado.

Pronóstico de escaras

El pronóstico de las escaras (úlceras por presión) depende de múltiples factores, como la etapa de la lesión, la presencia de infecciones, las condiciones médicas subyacentes y la calidad del tratamiento recibido. A continuación, te detallo aspectos clave del pronóstico:

Factores que afectan el pronóstico

  1. Etapa de la escara:

    • Etapas iniciales (I y II): Tienen un pronóstico favorable si se detectan y tratan a tiempo. La intervención temprana, como aliviar la presión y mejorar la circulación, puede llevar a una recuperación completa.
    • Etapas avanzadas (III y IV): Estas son más graves y requieren un manejo complejo. El pronóstico puede ser reservado, con mayor riesgo de infecciones sistémicas o complicaciones.
  2. Presencia de infecciones:

    • Las infecciones locales o sistémicas pueden complicar significativamente el tratamiento y prolongar la recuperación.
  3. Condiciones médicas subyacentes:

    • Enfermedades como diabetes, desnutrición, insuficiencia renal o inmovilidad crónica afectan la capacidad del cuerpo para sanar.
  4. Calidad del cuidado:

    • Un manejo adecuado con un equipo multidisciplinario mejora las probabilidades de recuperación.
  5. Adherencia al tratamiento:

    • Es crucial seguir las recomendaciones médicas, incluyendo el control de infecciones, uso de apósitos avanzados y cambios de posición frecuentes.

Complicaciones potenciales

  • Infección sistémica (sepsis).
  • Osteomielitis: Infección del hueso.
  • Prolongación del tiempo de hospitalización.
  • Amputaciones: En casos graves donde los tejidos no se pueden recuperar.

Mejora del pronóstico

  • Tratamiento especializado, como el uso de apósitos avanzados y tecnología láser (por ejemplo, Regenerislaser).
  • Control estricto de las enfermedades subyacentes, como la diabetes.
  • Prevención de nuevas escaras mediante cambios frecuentes de posición, dispositivos para aliviar la presión y una nutrición adecuada.
escaras: antes y despues

Causas de las escaras

Las escaras, también conocidas como úlceras por presión, son lesiones en la piel y los tejidos subyacentes que se producen cuando hay presión constante sobre una zona del cuerpo. Este tipo de daño es más común en personas con movilidad limitada, ya que la presión prolongada puede interrumpir el flujo sanguíneo, lo que provoca la destrucción de los tejidos. A continuación, se detallan las principales causas que contribuyen a la formación de escaras:

  1. Presión prolongada: La principal causa de las escaras es la presión continua sobre áreas específicas del cuerpo, como los talones, las caderas, la espalda, los codos y la base de la columna. Esta presión interrumpe el flujo sanguíneo, lo que impide que los tejidos reciban suficiente oxígeno y nutrientes. Sin el aporte adecuado de sangre, los tejidos se dañan y mueren, lo que da lugar a la formación de úlceras por presión.

  2. Fricción:La fricción ocurre cuando la piel se desliza contra superficies, como sábanas, colchones o ropa. Este roce constante puede dañar la capa externa de la piel, haciendo que se vuelva más susceptible a las lesiones. La fricción puede ser especialmente dañina en áreas como los talones, los codos y los caderas, donde la piel es más delicada o donde la presión y el roce se combinan.

  3. Humedad:La exposición prolongada a la humedad, ya sea por sudoración, incontinencia urinaria o fecal, debilita la piel y aumenta el riesgo de formación de escaras. La humedad favorece la maceración de la piel, haciéndola más vulnerable al daño por fricción y presión. Las personas con incontinencia o aquellas que permanecen en cama durante largos períodos de tiempo tienen un mayor riesgo debido a la combinación de humedad y presión.

  4. Movilidad reducida: Las personas con movilidad limitada o que permanecen inmóviles durante largos períodos, como aquellos postrados en cama o en sillas de ruedas, son más propensas a desarrollar escaras. La falta de movimiento constante impide que se redistribuya la presión en el cuerpo, lo que provoca la acumulación de presión en áreas específicas, dañando los tejidos y favoreciendo la aparición de úlceras por presión.

  5. Desnutrición:La malnutrición, especialmente la falta de proteínas, vitaminas y minerales esenciales, afecta la salud de la piel y los tejidos subyacentes. Cuando el cuerpo no recibe suficientes nutrientes para reparar y mantener la piel, los tejidos se vuelven más frágiles y susceptibles al daño. La desnutrición también puede reducir la capacidad del cuerpo para sanar y prevenir la formación de escaras, lo que convierte a las personas con dietas inadecuadas en un grupo de alto riesgo.

Zonas más afectadas por las escaras

tratamiento de escaras

Pruebas médicas para el tratamiento de escaras 

El tratamiento y diagnóstico de escaras, también conocidas como úlceras por presión, incluyen diversas pruebas y evaluaciones médicas para identificar su gravedad y determinar el enfoque terapéutico adecuado. Estas pruebas incluyen:

  1. Evaluación clínica: Un especialista examina la extensión, profundidad y estado de la herida (tejidos afectados, infección, presencia de necrosis o exudado). Esto ayuda a clasificar la úlcera en etapas que van desde I (superficial) a IV (afectación profunda de músculos o huesos).

  2. Cultivo de heridas: Si se sospecha de una infección, se puede realizar un cultivo bacteriano o fúngico para identificar los microorganismos responsables y guiar el tratamiento con antibióticos o antimicóticos específicos.

  3. Evaluación vascular: En caso de escaras en extremidades, se realizan estudios para evaluar la circulación sanguínea, como el índice tobillo-brazo (ITB) o ecografía Doppler, ya que la insuficiencia arterial puede dificultar la cicatrización.

  4. Imágenes diagnósticas: En úlceras avanzadas, se pueden usar radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética para descartar osteomielitis (infección ósea) o daño estructural profundo.

  5. Pruebas de laboratorio: Incluyen hemograma, niveles de glucosa y marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR) para evaluar el estado general del paciente y detectar infecciones sistémicas o descompensaciones metabólicas.

El tratamiento dependerá de los resultados de estas pruebas y puede incluir limpieza de la herida, uso de apósitos especializados, manejo de infecciones, y en casos graves, intervenciones quirúrgicas como desbridamiento o cierre quirúrgico​

Tipos de escaras

Las escaras, también conocidas como úlceras por presión, son clasificadas según su gravedad y el daño que causan a la piel y los tejidos subyacentes. La clasificación ayuda a determinar el tipo de tratamiento de escaras necesario y la intervención médica más adecuada para cada caso. Existen cuatro tipos principales de escaras, clasificados de acuerdo con la profundidad y extensión del daño. A continuación, se explican en detalle cada uno de estos tipos:

1. Escaras de Grado 1: Las escaras de grado 1 son las más leves y se caracterizan por un enrojecimiento de la piel que no desaparece cuando se alivia la presión. Este tipo de úlcera afecta solo las capas superficiales de la piel, sin penetrar en los tejidos más profundos. Aunque la piel puede verse irritada o inflamada, no se producen heridas abiertas.

Características principales:

  • Enrojecimiento persistente en la zona afectada.
  • No se presenta ruptura de la piel.
  • La piel se siente más cálida o fría al tacto.
  • Puede haber dolor o picazón en el área.

2. Escaras de Grado 2: Las escaras de grado 2 son más profundas que las de grado 1 y afectan tanto la epidermis como la dermis. Este tipo de úlcera puede presentar una pérdida parcial de la piel, formando una herida abierta, ya sea como una úlcera superficial o una ampolla.

Características principales:

  • Pérdida parcial de la piel, lo que genera una úlcera abierta o una ampolla.
  • La herida puede ser superficial, mostrando una capa de piel lesionada.
  • Enrojecimiento y dolor en el área afectada.
  • La úlcera puede tener un fondo rosado o rojizo.
ulceras: antes y despues

3. Escaras de Grado 3: Las escaras de grado 3 son más graves y afectan todas las capas de la piel, llegando a destruir la epidermis, la dermis y a veces los tejidos subyacentes, como la grasa. Este tipo de úlcera es profunda y puede presentar necrosis, es decir, la muerte de los tejidos.

Características principales:

  • Pérdida total de la piel, con una herida profunda que llega hasta la capa subcutánea.
  • Posible necrosis del tejido afectado, que puede producir un color negro en el área.
  • Puede haber secreción purulenta o maloliente debido a infecciones.
  • Dolor intenso en la zona afectada.

4. Escaras de Grado 4: Las escaras de grado 4 son las más graves y destructivas. En este grado, el daño afecta no solo la piel, sino también los músculos, tendones e incluso los huesos. Las úlceras son muy profundas y pueden ser extremadamente dolorosas. La necrosis es masiva y las infecciones son una complicación frecuente.

Características principales:

  • Daño severo y extenso que afecta músculos, huesos y estructuras subyacentes.
  • La herida es muy profunda, y a menudo se puede observar el hueso o tejido muscular.
  • Necrosis masiva en el área afectada.
  • Infecciones graves y mal olor en la herida.
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Escaras infectadas

Las escaras infectadas son una complicación seria que puede surgir cuando las úlceras por presión no se tratan correctamente. La infección puede empeorar la condición del paciente y aumentar el riesgo de complicaciones graves. Para manejar adecuadamente las escaras infectadas, es importante reconocer sus signos y aplicar un tratamiento de escaras inmediato.

1. Signos de infección en las escaras:

  • Enrojecimiento y calor local en la zona afectada.
  • Exudado purulento (secreción espesa y amarillenta).
  • Mal olor característico.
  • Hinchazón en el área de la herida.

2. Factores que favorecen la infección:

  • Falta de higiene adecuada en la zona de la escara.
  • Humedad excesiva debido a sudoración o incontinencia.
  • Presión continua sobre la lesión, lo que interrumpe la circulación sanguínea y dificulta la cicatrización.

3. Recomendaciones para prevenir y tratar las escaras infectadas:

  • Limpiar la zona afectada con productos adecuados y evitar la humedad excesiva.
  • Evitar que la presión se acumule en una misma zona por mucho tiempo.
  • Aplicar vendajes y apósitos que favorezcan la cicatrización y protejan la herida de posibles infecciones.
  • Si se sospecha de una infección, buscar la intervención de un profesional para garantizar un tratamiento de escaras adecuado.
escaras: antes y despues

¿por qué son comunes las escaras en adultos mayores?

Las escaras, son comunes en adultos mayores debido a una combinación de factores físicos y médicos. Estas lesiones de la piel y tejidos subyacentes se desarrollan cuando la presión constante sobre una zona del cuerpo interrumpe el flujo sanguíneo, causando daño a los tejidos. A continuación, se detallan algunas razones clave por las que las escaras son más prevalentes en adultos mayores:

  • Disminución de la movilidad: Con la edad, muchas personas experimentan una pérdida de movilidad debido a diversas condiciones como la artritis, enfermedades neurológicas, o problemas musculoesqueléticos. La incapacidad para moverse con regularidad, como en los casos de inmovilización prolongada en una cama o silla de ruedas, aumenta el riesgo de desarrollar escaras, especialmente en zonas del cuerpo donde los huesos están cerca de la piel, como los talones, codos y caderas.

  • Piel más frágil y menos elástica: A medida que las personas envejecen, la piel pierde elasticidad, grosor y capacidad para repararse rápidamente. Esto se debe a la disminución de colágeno y elastina, lo que hace que la piel sea más susceptible a las lesiones. Esta fragilidad de la piel favorece la formación de úlceras por presión, ya que los daños no se recuperan fácilmente, y la integridad de la piel se ve comprometida.

  • Circulación sanguínea deficiente: Los adultos mayores a menudo sufren de mala circulación debido a problemas de salud como la diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares. La circulación insuficiente en áreas del cuerpo que están bajo presión constante puede impedir que los nutrientes y oxígeno lleguen adecuadamente a los tejidos, favoreciendo la aparición de úlceras por presión.

  • Enfermedades crónicas: Las personas mayores a menudo padecen enfermedades crónicas que afectan su salud general y su capacidad para mantener una buena circulación. La diabetes, por ejemplo, puede causar neuropatía, que reduce la sensibilidad en la piel, lo que impide que la persona sienta la presión en determinadas áreas del cuerpo. Esto aumenta el riesgo de lesiones por presión que no se detectan a tiempo.

  • Falta de atención adecuada: Los adultos mayores que viven en hogares de cuidado o que están bajo atención domiciliaria pueden no recibir el cuidado adecuado en cuanto a reposicionamiento frecuente, higiene o nutrición, lo que aumenta el riesgo de escaras. El cuidado insuficiente, especialmente en individuos inmovilizados, puede contribuir a la formación de estas úlceras.
tratamiento de heridas

como curar escaras profundas​

Las escaras profundas son lesiones graves causadas por presión prolongada en personas con movilidad reducida. Para saber cómo curar escaras profundas, es esencial seguir un tratamiento de escaras especializado y adecuado que favorezca la cicatrización y prevenga infecciones.

1. Limpieza y desinfección: Mantener la herida limpia es crucial para evitar infecciones. Se deben utilizar soluciones antisépticas como clorhexidina o suero fisiológico estéril para limpiar la zona afectada, reduciendo la presencia de bacterias. Esta limpieza debe realizarse al menos una vez al día o más, según las indicaciones médicas.

2. Desbridamiento: El desbridamiento elimina el tejido muerto o necrótico, lo que facilita la regeneración de la herida. Este proceso debe ser realizado por un especialista en tratamiento, ya que una técnica incorrecta puede empeorar la situación.

3. Aplicación de apósitos adecuados: Es fundamental mantener la herida húmeda para acelerar la cicatrización. Los apósitos de hidrogeles, espuma o alginato son opciones recomendadas. Estos protegen la herida y favorecen el proceso de regeneración.

4. Control de la presión: Reducir la presión sobre la zona afectada es esencial. Cambiar de posición al paciente regularmente (cada 2 horas) y usar colchones o cojines especializados ayuda a evitar la presión continua y prevenir el empeoramiento de la escara.

prevencion de escaras

Terapias con Regenerislaser para Ulceras infectadas

Sí, las escaras (también conocidas como úlceras por presión o llagas de decúbito) son relativamente comunes, especialmente en personas que tienen movilidad limitada o que permanecen en la misma posición durante largos períodos. Estas lesiones suelen aparecer en pacientes hospitalizados, personas mayores con enfermedades crónicas, o aquellos que requieren el uso de sillas de ruedas o camas durante períodos prolongados.

Factores que influyen en su frecuencia

  1. Movilidad reducida: Personas inmovilizadas por fracturas, cirugías o enfermedades neurológicas tienen mayor riesgo.
  2. Edad avanzada: La piel de los adultos mayores es más frágil y susceptible a lesiones.
  3. Condiciones médicas: Diabetes, insuficiencia cardíaca, malnutrición y otras enfermedades crónicas aumentan la probabilidad.
  4. Entornos hospitalarios: Según estudios, entre el 10% y 25% de los pacientes hospitalizados desarrollan escaras, dependiendo del nivel de atención y movilidad.

¿Cómo prevenir escaras? 

1. Cambios de posición frecuentes

  • Cambiar de posición al menos cada 2 horas para reducir la presión sobre las áreas vulnerables.
  • Utilizar programas de rotación si el paciente no puede moverse por sí mismo.

2. Uso de superficies especiales

  • Emplear colchones antiescaras, cojines especiales o sistemas de presión alternante.
  • Asegurarse de que la cama o silla proporcione el soporte adecuado y alivie los puntos de presión.

3. Cuidado de la piel

  • Mantener la piel limpia y seca.
  • Aplicar cremas hidratantes para evitar sequedad o irritaciones.
  • Revisar diariamente la piel para identificar enrojecimientos o zonas sensibles.

4. Nutrición adecuada

  • Garantizar una dieta rica en proteínas, vitaminas (A, C, E) y minerales como el zinc para fortalecer la piel y favorecer su regeneración.
  • Mantener una adecuada hidratación para mejorar la elasticidad cutánea.

5. Control de la humedad

  • Usar protectores para manejar la incontinencia urinaria o fecal y reducir la humedad.
  • Cambiar pañales o ropa interior absorbente de manera regular.

6. Ejercicios y fisioterapia

  • Realizar movimientos pasivos o ejercicios según las posibilidades del paciente para mejorar la circulación.
  • En pacientes con movilidad limitada, fomentar actividades que eviten la rigidez y promuevan el flujo sanguíneo.

7. Educación del personal y cuidadores

  • Enseñar a cuidadores a identificar los primeros signos de presión prolongada, como enrojecimiento persistente.
  • Promover el conocimiento sobre el uso de dispositivos y técnicas de manejo del paciente.

Estas acciones preventivas pueden reducir significativamente el riesgo de escaras y mejorar la calidad de vida de las personas vulnerables. Ante cualquier señal temprana, como piel roja o sensible, es importante actuar rápidamente y buscar orientación médica.

tratamiento de escaras​

El tratamiento de escaras en el cuerpo es un proceso que requiere de una atención especializada para promover una recuperación eficaz y rápida. Una de las opciones más avanzadas en este ámbito es el uso de tecnologías de vanguardia, como el regenerislaser. Este dispositivo láser de alta precisión emplea terapia láser para estimular la regeneración celular, acelerando la cicatrización de escaras profundas y favoreciendo la reparación de los tejidos afectados.

El tratamiento con RegenerisLaser para escaras ofrece múltiples beneficios clave. Entre ellos se incluyen la reducción de la inflamación, la disminución del dolor y una aceleración significativa en el proceso de cicatrización. Este láser mejora la oxigenación de los tejidos, un factor crucial para la recuperación de las áreas afectadas, optimizando la circulación sanguínea y promoviendo la regeneración celular. 

Este tipo de tratamiento avanzado no solo acelera la curación, sino que también mejora el bienestar del paciente, ayudando a reducir los riesgos de infecciones y complicaciones relacionadas con las escaras. Es una opción óptima para quienes buscan una recuperación más rápida y efectiva.

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Complicaciones si no se trata las escaras

Las escaras, si no se tratan de manera adecuada y a tiempo, pueden llevar a complicaciones graves que afectan la salud general de una persona. Aquí tienes un desglose de las principales complicaciones que pueden surgir:

  1. Infección local: Las escaras no tratadas pueden infectarse, causando inflamación, enrojecimiento, hinchazón, secreción de pus y un olor desagradable.
  2. Celulitis: La infección puede extenderse a tejidos más profundos de la piel, provocando dolor, fiebre y sensibilidad en el área afectada.
  3. Osteomielitis: Cuando la infección alcanza los huesos, estos se debilitan, lo que complica la recuperación y puede volverse crónico.
  4. Septicemia (sepsis): Una infección que se propaga al torrente sanguíneo puede ser mortal si no se trata de manera urgente.
  5. Necrosis tisular: Las escaras avanzadas pueden conducir a la muerte del tejido, haciendo que las áreas afectadas se vuelvan negras y necesiten cirugía para su eliminación.
  6. Fístulas: Las conexiones anormales entre órganos o tejidos pueden desarrollarse y requieren intervención quirúrgica.
  7. Complicaciones psicológicas: El dolor persistente y las limitaciones físicas pueden provocar ansiedad, depresión y disminución de la calidad de vida.
  8. Deterioro de la movilidad: El dolor limita la movilidad y aumenta el riesgo de nuevas lesiones por presión.
  9. Amputación: En casos extremos, especialmente en personas con diabetes, podría ser necesaria una amputación para evitar la propagación de infecciones.
  10. Impacto en el sistema inmunológico: Las infecciones recurrentes debilitan el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a otras enfermedades.

Es fundamental tratar las escaras en sus etapas iniciales para evitar estas complicaciones. La atención especializada, como la que ofrecemos en Skin Medical, incluye tecnologías avanzadas y un enfoque personalizado para mejorar la cicatrización y prevenir problemas mayores. ¡Consulta a nuestros especialistas hoy mismo!

Conclusión

En conclusión, son lesiones cutáneas significativas que pueden afectar la calidad de vida de quienes las padecen, especialmente en poblaciones vulnerables como los pacientes inmovilizados. Comprender sus causas y síntomas es fundamental para prevenir su aparición y asegurar un tratamiento adecuado. La identificación temprana, junto con la implementación de estrategias de prevención, como cambios frecuentes de posición, el uso de materiales adecuados y la atención al cuidado de la piel, son esenciales para evitar complicaciones.

El apoyo de especialistas en escaras es invaluable, ya que pueden proporcionar orientación y tratamientos específicos para cada caso. Tecnologías avanzadas, como regenerislaser, también ofrecen oportunidades para mejorar la recuperación de la piel dañada. En última instancia, una combinación de medidas preventivas y tratamientos apropiados puede marcar una gran diferencia en la vida de aquellos que enfrentan el desafío de las escaras. Mantener un enfoque proactivo y colaborativo en el manejo de estas lesiones es clave para lograr una mejor salud y bienestar.

Bibliografía

En Skin Medical, entendemos que, aunque estas lesiones pueden parecer menores, su impacto en tu bienestar diario no debe subestimarse. Nuestro equipo de especialistas está preparado para atenderte, ofreciendo:

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